8.11.10

Viento

El viento nos encierra en nuestras jaulas de hormigón,
escondidos de los miedos que deambulan por las calles.
Entre hojas ya marrones por el paso de un otoño
que susurra entre los ecos de un recóndito rincón.

Corriendo entre la gente
aparto el pensamiento
que me sigue y me persigue,
que me busca sin cesar.

Me perturba,
me recuerda que por mucho que le huya
no hay camino que camine
sin el viento a mis espaldas.

Con el frío del que mata,
con el frío del que muere
con el viento entre sus piernas
y su cuerpo junto al mar.

Expío mis pecados en el viejo caserón
que se cierne en el camino de esta noche amanerada.

Latiendo con mis manos
y gritando una vez más:

¡Que te vayas ya de mí,
que te olvides de mis besos,
de mi cuerpo,
de mi voz!

¡Que me arranques esta noche
el pensamiento que me ata,
que me encierra,
que me cose!

¡Que señales con las hojas que te bailan
el final de esta locura!

No me arropes,
no me abraces,
no me hables.

Sólo eres viento.
Sólo eres nada.
Y nada es suficiente,
y lo eres todo.

1 comentario:

tana dijo...

me encanta sergio, no sabia esa faceta de ti,muy bonito.un besito.